Por qué prefieren el hogar a la residencia las personas mayores

¿Hogar o residencia en mayores? He aquí un dilema fundamental para muchos cuando de lo que se trata es de seguir cuidando de la salud de una persona anciana. Nos preocupa que la persona mayor se vea desasistida, no digamos ya si padece enfermedades crónicas o demencias, o bien problemas físicos que le ocasionan limitaciones de movilidad o dependencias.

Para las personas mayores llegadas a una cierta edad donde no gozan de la autonomía suficiente para valerse por sí mismas, se les plantea una decisión, ya sea personal o llevada a cabo por hijos o nietos, que será decidir dónde pasará los últimos años de su vida. La gran mayoría, eligen su hogar, pero existen algunas decisiones que no son de ellos propiamente.

En este sentido, la permanencia en el propio domicilio puede llevarse a cabo con la ayuda de una empresa de cuidado de mayores, a través de la cual, les proporciona un profesional de ayuda a domicilio que podrá cuidar del adulto mayor en momentos puntuales o aquellos que sean necesarios. En la actualidad, y después de la experiencia que hemos tenido en pandemia, la asistencia domiciliaria y la figura del cuidador, cobran especial importancia, donde se prefiere disponer de este servicio, que ir a una residencia de ancianos.

Sea de una forma u otra, nos preocupa realizar la elección adecuada en lo que respecta al cuidado de nuestros mayores. Pero, para llevar a cabo tan importante elección, no hemos de perder de vista una perspectiva fundamental: la de la propia persona mayor, que es quien va experimentar las consecuencias de tal determinación, en resumidas cuentas.

Por ello hay que saber, no sólo qué puede ser lo más juicioso en cada caso, sino también cuál es la opción que pueda hacer más feliz a la persona mayor cuya salud y bienestar queremos que sean salvaguardados.

Qué prefieren los ancianos: ¿cuidados en casa o residencia?

La residencia para personas mayores, con ser una opción aceptable, no es la más apetecida por las personas de avanzada edad, según indican los sondeos estadísticos. Más del 80% de los ancianos prefieren permanecer en el propio domicilio que ir a una residencia. También se remitía la empresa al estudio de Eurostat que afirmaba que la mayoría de los ancianos valoran su independencia y prefieren permanecer en su hogar.

Por otra parte, y partiendo de esta base (y del propio criterio de la persona mayor afectada), existen una serie de aspectos que hay que valorar antes de tomar una determinación, y estas son las ventajas del cuidado y asistencia a domicilio frente a la residencia. Tales ventajas y beneficios serían:

  • El adulto mayor permanece en su hogar, y de este modo no se ve sometido a cambios abruptos, tan indeseados en la ancianidad. Además, permanece en contacto con su entorno familiar y cercano y con sus seres queridos. Ha de tenerse en cuenta que los cambios bruscos y verse en un lugar extraño y rodeado de gente desconocida y extrañado de su entorno habitual, pueden favorecer en el anciano el desarrollo de trastornos cognitivos y desorientación.
  • Al serle asignado un cuidador íntegramente dedicado a él, el anciano recibe una atención profesional totalmente personalizada, que se diferencia así de la atención forzosamente menos personal de las residencias. El cuidador hace compañía a la persona mayor y la apoya, cosa muy necesaria para que (sobre todo si se trata de una persona en situación de dependencia) no haya de sufrir los rigores de la soledad.
  • Es un servicio más asequible que costear una residencia ya que, sufragar los costes de una residencia puede suponer una cuantía considerable y variará si se trata de una residencia pública, privada o concertada y del grado de dependencia de la persona.
  • Estos servicios se adaptan específicamente a las necesidades de cada familia y anciano.

A día de hoy en nuestro país, más de 8 millones de habitantes sobrepujan el umbral de los 65 años, lo que equivale a un 18% de la actual demografía española. Con el paulatino envejecimiento poblacional, y según previsiones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en 2051 nada menos que el 35% de la demografía de este nuestro país estaría constituida por los mayores de 65, y la esperanza de vida en nuestro tiempo para España es de 85 años.

Como en casa, en ningún sitio

Por lo tanto, la presencia de los mayores en nuestra sociedad es cada vez más importante, razón de más para tener presentes cuáles son sus preferencias a la hora de cuidar su salud y bienestar diario y cotidiano. Comprobamos como el hogar, es la primera opción de una persona mayor para ser atendida, cuyos motivos son más que comprensibles.

El desarraigo del que ha sido su hogar, es una de las causas más comunes del rechazo a las residencias y la no aceptación a esa nueva vida. Comidas, camas, horarios, estilo de vida… todo ello es nuevo y provoca un sentimiento de no pertenencia, tristeza y malestar.

Hemos podido ver también en estos años de la Covid-19, como las residencias se convirtieron en importantes focos de contagio donde la atención a los residentes quedó en entredicho y fueron muchos los que sufrieron las consecuencias de este virus. En ese momento, se cuestionó y se dió valor a la asistencia domiciliaria para el cuidado de personas mayores y o dependientes.

En una sociedad, como la nuestra, envejecida y que seguirán aumentando las personas con más de 80 años, es necesario replantear soluciones más adecuadas para el bienestar de nuestros mayores.