Cómo evitar la depresión en personas mayores

La depresión en personas mayores se presenta con gran frecuencia hasta el punto de constituir un problema de salud psíquica significativo en la población de edades más avanzadas. Sin embargo, la depresión es una enfermedad que no entiende de edad, sexo o ideología. A día de hoy, supone un problema de salud importante para nuestros mayores, una de las enfermedades mentales más comunes entre la población.

Cada 10 de octubre tiene lugar el Día Mundial de la Salud Mental, momento para reclamar, como prioridad, el bienestar y la salud mental de todas las personas, entre ellas, la depresión, en la lista de las enfermedades que generan más discapacidad a nivel mundial y la segunda causa de enfermedad entre las personas de avanzada edad. Con estos datos, prestar atención a sus síntomas y poder actuar en consecuencia sería un gran paso para evitar una depresión mayor.

En edades provectas, la inactividad laboral a que se ha pasado tras la jubilación produce gran desconcierto y estupor en muchas personas, que no saben qué hacer con su vida desde entonces, y se abandonan a una mera pasividad y abulia que no puede ni debe ser calificada más que como altamente perjudicial y destructiva para su salud tanto física como mental. En realidad, cuando nos hallamos en la senectud todavía es momento para disfrutar de la vida, siquiera más sosegada y espaciadamente, con más prudencia que en etapas previas de la vida humana. Pero disfrutar, al fin y al cabo. La ancianidad no ha de ser una etapa de abandono de todo, de renuncia y de permanente reposo.

Es lógico que en la tercera edad abunden estos trastornos anímicos: no sólo la falta de actividad laboral (faceta de nuestras vidas que tanta importancia y centralidad posee en ellas), sino también los cambios físicos y fisiológicos, la pérdida de seres queridos y coetáneos que tan a menudo puede arrastrarnos a los páramos de la soledad, así como los problemas físicos, las enfermedades que pueden tender con mayor facilidad a cronificarse, o las estrecheces económicas por las que suele transitar un pensionista (y más en tiempos tan inciertos como estos).

Evitar esta y otras enfermedades metales implica también, necesariamente, evitar la vida pasiva y la inacción prolongada. Es cierto que en edades avanzadas es primordial reposar más, pero ello no ha de conllevar que no hagamos ejercicio físico, no mantengamos activas relaciones sociales, o no tengamos aficiones e inquietudes, viajemos, etc.

Al llegar a una cierta edad sus funciones mentales y físicas sufren un deterioro que provoca que no desarrollen sus tareas cotidianas con normalidad y, por tanto, afectan a su organismo. Evitar la depresión en adultos mayores supone anticiparnos a las señales.

Síntomas de la depresión en personas mayores

No es fácil detectar la depresión en personas mayores y los síntomas pueden pasar inadvertidos, ya que, en muchas ocasiones, por no molestar, son ocultados y se manifiestan más en la queja de dolencias físicas. Además de ser bastante amplios y variables, una correcta atención es esencial para que mejoren. A continuación, te damos una serie de pautas para poder evitar la depresión en adultos mayores.

  • Falta de apetito unido a la pérdida de peso.
  • Tristeza y desánimo que perdura durante más tiempo.
  • Desinterés por las cosas y actividades con las que disfrutaba antes.
  • Sensación de fatiga y cansancio.
  • Dificultad para conciliar el sueño.
  • Pensamientos suicidas.
  • Desmotivación, baja autoestima y falta de confianza.

Asimismo, debemos tener en cuenta que algunos de los síntomas presentes pueden ser comunes de otras enfermedades como artrosis, problemas de corazón, pulmonares…

Tipos de depresión

Podemos distinguir entre varios tipos de depresión en personas mayores y es de vital importancia para que podamos abordarla de la mejor forma y poder ayudar al adulto mayor.

  • Distimia: se caracteriza por ser más leve que una depresión, pero continuado y crónico en el tiempo. La persona que la padece se muestra desmotivado, sin ganas de hacer nada diariamente y presentan una baja autoestima. Con medicación se pueden conseguir mejorar el estado de quien la padece.
  • Trastorno depresivo mayor: es el más característico y se manifiesta con sentimientos negativos y tristeza. Anímicamente, estas personas pueden presentar signos más graves como dejar de comer.
  • Trastorno bipolar: presenta estados de ánimo extremos, alternando episodios altos y bajos.
  • Trastorno estacional: se suele dar durante el cambio de estación, generalmente en otoño y en invierno cuando los cambios de hora y luz afectan de manera directa a nuestros biorritmos.

Causas de la depresión en personas mayores

Pensamos que una persona mayor no es común que padezca depresión, sin embargo, los adultos mayores, experimentan cambios vitales durante esta etapa que pueden aumentar el riesgo de padecer este trastorno y, de no tratarse, derivar en una depresión mayor. Por eso tan importante prestar atención a los primeros síntomas como saber qué factores han podido desencadenar este episodio. Algunos de estos cambios podrían ser:

  • La muerte del cónyuge o personas cercanas: puede ser una de las causas más comunes, la muerte de la pareja, un hijo o un familiar o amigo cercano. El duelo por el fallecimiento de seres queridos es una razón importante para abordar los cambios que se producen en la persona.
  • Abandonar el hogar: cuando una persona mayor ya no puede valerse por sí misma, puede darse el caso de que se traslade a la casa de los hijos o acabe en una residencia. Estos cambios son entendidos como causantes de tristeza y pueden desarrollar una depresión.
  • Empeoramiento de la salud: a medida que envejecemos es normal que nuestra salud empeore y aparezcan ciertas enfermedades o dolores crónicos que nos hagan sentirnos más vulnerables y decaídos. Esto nos puede llevar también a caer en depresión.
  • Síndrome del nido vacío: llega un momento en la vida familiar en la que los hijos abandonan el hogar para independizarse y crear su propia familia. Para los padres, es un gran cambio y esto se traduce en tristeza de ver su hogar sin los hijos.
  • Pérdida de autonomía: las limitaciones físicas y de movilidad se traducen con el paso del tiempo en la pérdida de independencia que hace que una persona dependa de familiares o cuidadores para realizar las actividades de su día a día.

Claves para prevenir la depresión en adultos mayores

  • Ejercicio Físico: Ya sabemos que el ejercicio físico es bueno para todo. Cuánto más para la depresión en personas mayores. Además de estimular la mente, ayuda a tener una buena autoestima y produce sensación de bienestar. Las actividades al aire libre, sobre todo, son muy beneficiosas para los mayores, ya que ayudan a relacionarse con otras personas y estar en contacto con la naturaleza y el entorno. Salir a pasear, sin ir más lejos, es el mejor antídoto para equilibrar cuerpo y mente.
  • Alimentación Saludable: Una buena alimentación ayuda a tener un buen estado de ánimo. Existen alimentos que ayudan a combatir los estados depresivos y que son muy recomendables para subir el ánimo. Incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina D, las grasas vegetales, los que contienen alto grado de hierro y magnesio… Comer bien, le ayudará a estar sentirse mejor.
  • Manteniendo relaciones sociales: La salud emocional se ve reforzada al mantener el contacto con otras personas. Sentirse acompañado y evadir la soledad ayuda a tener la mente ocupada y distraída. El apoyo de otras personas de edad similar con las que pueda disfrutar de conversaciones, paseos, juegos u otro tipo de actividades refuerzan al adulto mayor y pueden evitar la depresión.
  • Apoyo de la familia: La presencia de la familia le hará sentirse querido e importante. No olvidemos incluir a nuestro familiar en nuestros planes, ir a visitarle en caso de no vivir con nosotros y pasar tiempo con él. Sentirse valorado y querido le ayudará a levantar el ánimo en una etapa de su vida en la que es más dependiente.
  • Realizar actividades: Las manualidades, ejercicios de memoria, juegos… todo tipo de actividades lúdicas que le ayuden a ejercitar la mente y reforzar sus habilidades cognitivas, le ayudarán a desarrollar su creatividad y estado emocional.

Recordemos que, sentirse querido y apoyado es fundamental para evitar la depresión, y muy valorado por las personas mayores en esta etapa de su vida, que es cuando se sienten más solos y vulnerables. Como ya hemos visto, son muchas las causas que pueden desencadenar en una depresión:

  • La muerte de su cónyuge o un ser querido cercano
  • Padecer algún tipo de enfermedad
  • Sentirse sólo
  • La falta de actividad después de una larga vida

Un diagnóstico temprano puede ayudar a prevenir las consecuencias tanto físicas como emocionales de una depresión en personas mayores, pero, sobre todo, somos las personas que les rodean los que les pueden hacer más agradable a última etapa de su vida. Si bien envejecer es una parte inevitable de la vida, intentemos que los trastornos depresivos no formen parte de ella. La depresión en personas mayores es un problema serio que puede combatirse y afrontarse con vitalidad, con ganas de vivir, y con el apoyo del entorno familiar y social de la persona anciana.

Otras enfermedades mentales que afectan a los mayores

Hablamos de depresión como la enfermedad mental más común entre las personas de edad avanzada, pero existen otras que afectan a este grupo de población y que vamos a valorar a continuación:

Síndrome confuso agudo: también conocido como delirium, hablamos de un cuadro clínico que suele durar unas horas y que produce confusión, desorientación, cambios en el lenguaje, la memoria… y todo lo que tiene que ver con las funciones cognitivas de la persona mayor.

Demencia: conocida por todos, es la segunda enfermedad mental, por detrás de la depresión, que más afecta a las personas mayores. Afecta de forma progresiva al deterioro de las funciones cognitivas, como el aprendizaje o la memoria, provocando en el afectado episodio de olvido, desorientación en el tiempo y espacio, dificultad para hablar, entre otras.

Ansiedad: los cambios que pueden producirse cuando se llega a la tercera edad, como puede ser la jubilación o la falta de autonomía, pueden producir la aparición de problemas de salud que afectan a las emociones. La ansiedad en la tercera edad y los episodios depresivos afectan a un 15% de la población en esta etapa.

La salud mental en las personas mayores y, en este caso, la depresión, puede mejorar con una mejor calidad de vida mediante un envejecimiento activo y saludable. Poder disfrutar de sus gustos, de la compañía de sus seres queridos, de poder hacer aquello que desean y sentirse protegidos y queridos, son algunos de los factores que ayudan a positivizar su vida.