como afecta el frío en los mayores

Las complicaciones de salud asociadas a las bajas temperaturas y la mayor vulnerabilidad del organismo a las enfermedades infecciosas, por el debilitamiento de las defensas cuando el termómetro desciende, son aspectos a tener muy presentes especialmente en la tercera edad, época de cambios fisiológicos decisivos y donde el cuerpo es más propenso a contraer determinados problemas de salud. En ellos, a menudo el frío posee un papel esencial.

Parece ser que las temperaturas propias de esta estación están haciendo acto de presencia y pronto nos acercaremos a la estación invernal. Aunque son muchos los que prefieren las bajas temperaturas por gustos e inclinaciones personales y porque aborrecen el castigo del calor extremo por el que transitamos (sobre todo los últimos años) todos los estíos, cabe advertir que frío puede traer consigo algunas desventajas para las personas mayores.

Así, por ejemplo, algunas de esas desventajas más notorias son la mayor vulnerabilidad de los ancianos a las enfermedades víricas. Y tales dolencias se transmiten con mayor facilidad cuando las temperaturas descienden. Además, las bajas temperaturas incrementan la tensión arterial, lo que evidentemente afecta en mucha menor medida a las personas de avanzada edad, pues los mecanismos reguladores de la presión arterial en los ancianos se hallan más debilitados por sus muchos años, y la sensibilidad de los vasos sanguíneos es bastante más alta. Por lo tanto, dentro cómo afecta el frío en los ancianos, las complicaciones circulatorias y cardiovasculares son otro aspecto importante a considerar a la hora de prevenir y de curar.

Las bajas temperaturas afectan con especial intensidad a las personas mayores de 80 años, y es por ello que ha de precaverse especialmente la vestimenta y procurar ser previsor en todo lo que afecta a la bajada de temperaturas a tales edades.

Cómo evitar los síntomas del enfriamiento en personas ancianas

Nuestro cuerpo posee una capacidad termorreguladora y de estabilización de las temperaturas, aun a pesar de las oscilaciones térmicas. Con el envejecimiento, se produce un adelgazamiento de la piel, y los receptores cutáneos de temperatura ya no funcionan como antes. Asimismo, se producen cambios en el metabolismo y los mecanismos de autorregulación térmica del cuerpo, razón por la cual tales fluctuaciones de la temperatura pueden perjudicar más a la persona anciana que a otros espectros de edad.

Así, uno de los aspectos fundamentales para regular las temperaturas corporales es el metabolismo basal: este depende del aporte calórico y energético recibido cada día por el organismo, y con el ejercicio físico puede elevarse hasta diez veces la producción de calor por el organismo. He aquí una de las razones primordiales por las que la actividad física semanal cobra especial importancia (si se realiza moderada, regular y adecuadamente) en las personas de edad provecta. Se trata, pues, de una de las mejores formas de combatir el frío en las personas mayores.

Cuando el cuerpo ha de enfrentarse a esas bajas temperaturas con los cambios físicos y fisiológicos propios de las edades avanzadas y arriba apuntados, el resultado es que los vasos sanguíneos se contraen para resistir el frío, lo que hace que el corazón bombee más sangre de lo normal y se incremente, por lo tanto, la presión arterial. Por ello es de gran importancia prevenir el frío en las personas mayores.

Además, otro factor clave en cómo afecta el frío a las personas mayores es la sensación de frío que se vincula a diversas y variadas enfermedades crónicas:

  • Además de afectar al movimiento, coordinación, etc, esta enfermedad neurodegenerativa es un impedimento serio para poder ponerse ropa de abrigo cuando ello es necesario.
  • Enfermedades comunes en la tercera edad como el hipotiroidismo o la diabetes también inciden en cómo afecta el frío a las personas ancianas, pues tienden a disminuir la temperatura corporal.
  • Además, los problemas de salud que afecten al metabolismo o a los glóbulos rojos, también influyen en las bajas temperaturas del cuerpo. Es el caso de las anemias y de todo tipo de virus que tienden más a cronificarse en la ancianidad. También las colagenosis, dolencias que afectan a los tejidos conectivos del cuerpo y al colágeno (pegamento natural de nuestro cuerpo) afectan a la termogénesis del cuerpo, provocando frío: es el caso de las artritis, poliartritis nudosa, dermatomiositis, esclerodermia, espondilitis anquilosante, etc.

Consejos para tratar el frío en las personas ancianas

Ante la llegada del frío debemos extremar las precauciones con las personas mayores para que no sufran las consecuencias de las bajas temperaturas durante el invierno. Es importante llevar ciertas rutinas y mantener una serie de cuidados para protegerlos lo máximo posible.

  • Regular la temperatura ambiente: el hogar, para una persona mayor, debe mantenerse a una temperatura confortable para que no pase frío ni tampoco calor. Poder controlar los sistemas de calefacción, así como estufas, radiadores o braseros es importante, al igual que proporcionar mantas o prendas de abrigo qu les permitan permanecer a gusto en el hogar.
  • Cuidar la alimentación: adaptar la dieta y adecuarla a las necesidades calóricas que supone enfrentarse al frío. Es importante suministrarle una dieta variada, rica en proteínas y vitaminas en la que abunden los platos calientes. Además, con el frío, no sentir la necesidad de beber por lo que se aconseja dar algún tipo de líquido en raciones diarios, bien sea agua, zumos, sopas o infusiones para mantenerlos perfectamente hidratados.
  • Mantenerse activos: es recomendable realizar algún tipo de ejercicio físico, si bien les cuesta salir más al exterior por las bajas temperaturas, quizá sea recomendable establecer algunas actividades en casa como estiramientos. Con ello evitaremos el sedentarismo y activaremos su organismo, tan necesario como indispensable a estas edades. Si el tiempo lo permite, nada como un paseo al parque durante las horas centrales del día.
  • Usar ropa adecuada: debemos estar atentos a la ropa de abrigo de nuestros mayores, ya que es necesario usen prendas de abrigo para protegerse adecuadamente del frío, sobre todo si salen al exterior. Prestar especial interés al calzado, y accesorios como gorros o guantes ya que son las extremidades las partes del cuerpo por las que se pierde el calor. Hacer uso de prendas térmicas y distintas capas.

Problemas de salud como consecuencia del frío en los mayores

El frío en las personas de avanzada edad puede desencadenar los siguientes problemas de salud, que son absolutamente necesario prevenir y combatir:

  • Hipotermia: Se considera que existe hipotermia cuando la temperatura corporal desciende por debajo de los 35º C, en cuyo caso aparecerán temblores, problemas del habla, así como de coordinación, palidez, rigidez muscular, respiración de anormal lentitud y fatiga. Las personas mayores son más propensas a sufrir hipotermia, sobre todo en las épocas más frías y cuando sus condiciones físicas no son las adecuadas. Por ejemplo, tener una movilidad reducida o pasar mucho tiempo en una misma postura, tener problemas de circulación o cardíacos o el consumo de algún tipo de medicamento. Además, cuando una persona mayor vive sola y no tiene la autonomía suficiente, presenta otras alteraciones como desnutrición o un lugar menos acondicionado que también pueden repercutir en la bajada de temperatura corporal.
  • Artrosis y artritis: El frío agrava los problemas de dolor de huesos y hace que los músculos se contraigan, sobre todo en las personas mayores, por lo que hay que prestar mayor atención durante el invierno y las bajas temperaturas. La artrosis se produce cuando el cartílago sufre un desgaste previo a la inflamación, mientras que la artritis se identifica con una enfermedad crónica de las articulaciones, ligamentos, músculos, tendones y huesos produciendo el deterioro de estas. Las personas de edad, son muy propensas a padecer alguna afección degenerativa en los huesos y tejidos articulares consecuencia de la edad.
  • Gripe: Los ancianos son más vulnerables a esta enfermedad vírica, y también a sus secuelas perjudiciales, hasta el punto de que puede acarrearles neumonía y otros problemas respiratorios. Es necesario vacunarse contra este virus, especialmente a edades avanzadas. Durante el invierno es totalmente indispensable que el médico controle las condiciones de salud de la persona anciana, y, en caso de haber contraído gripe, combatirla cuanto antes y de forma rigurosa. Esta enfermedad puede ser uno de los grandes problemas asociados a cómo afecta el frío en las personas mayores.
  • Neumonía: otra de las patologías asociadas a las bajas temperaturas y que afectan a los mayores es la neumonía, que afecta al aparato respiratorio ocasionando problemas en los pulmones y provocando que su respiración se vuelva más lenta y ocasione dificulte en exceso la falta de aire y produzca problemas más graves que requieran medicación o incluso hospitalización si sus pulmones se llenan de líquido.
  • Bronquitis: es otra afección que afecta a las vías respiratorias. Lo que se produce es una inflamación de los tubos que conectan con la tráquea y que se llenan de mucosidad, provocando que no llegue suficiente aire a los pulmones y dificulte la respiración.

El frío y la bajada de temperaturas puede suponer un peligro para nuestros mayores si no se toman las medidas oportunas para protegerlos adecuadamente. Abrigarse bien, tener la casa caliente, una dieta equilibrada o controlar el consumo de determinados medicamentos, pueden ser medidas acertadas para evitar algunas complicaciones que frío tenga en su organismo.