consejos para evitar caídas en mayores

Evitar caídas en mayores es una actividad preventiva de primerísima importancia, dado que estos accidentes están muy presentes, quizá demasiado, en la tercera edad. Poseen incluso un acusado índice de mortandad: unas 646.000 caídas mortales de adultos mayores al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, se trata de la segunda causa a nivel internacional de muerte por lesiones accidentales y no intencionales, según la misma organización.

En cuanto a las caídas no mortales, una de cada 10 personas mayores de 65 años se cae una vez al año: esta cifra se dispara hasta el 50% para los mayores de 80 años. Además, entre el 5 y el 20% de las personas que sufren caídas han de padecer lesiones graves, en las que se pueden incluir fracturas de diversa índole, traumatismo craneoencefálico, lesiones de partes blandas del cuerpo, etc.

A ello hay que agregar que las caídas en mayores son una de las causas fundamentales de la restricción de movilidad en estos, con secuelas perniciosas para su salud física y mental. Es el llamado síndrome postcaída, un síndrome traumático que provoca que la persona anciana albergue temor de moverse libremente por miedo a nuevos accidentes.

La razón de que los ancianos experimenten tantos accidentes de este tipo reside en los trastornos de equilibrio.

Causas asociadas a las caídas de personas mayores

  • Los cambios fisiológicos en el oído propios de la tercera edad, tienen repercusiones en el sentido del equilibrio que se halla en este, y que es el centro de tal sentido junto con el hueso hioides (que pende de la mandíbula).
  • La polimedicación que a menudo ha de tomarse en edades avanzadas para combatir diversas complicaciones de salud, también puede influir en la pérdida de equilibrio, pues se suman los efectos secundarios de varios fármacos. Evitar caídas en mayores también ha de tener muy en cuenta esta circunstancia que se da en gran parte de la población anciana.
  • Las demencias, sean provocadas por accidentes cerebrovasculares (isquemias o pequeños infartos cerebrales), sean de otra índole, como por ejemplo el alzhéimer (la más frecuente patología en este aspecto) también pueden desencadenar graves problemas de equilibrio.
  • La disminución de la agudeza visual y las alteraciones en la acomodación del cristalino (el músculo del ojo que nos permite enfocar).
  • Disminución de la llamada sensibilidad propioceptiva, o percepción de nosotros mismos.
  • Ralentización de los reflejos con la edad.
  • Otras razones muy frecuentes de los trastornos de equilibrio en la edad provecta serían las sarcopenias o atrofias musculares, así como las atrofias de partes blandas (por ejemplo, los meniscos), todas ellas tan presentes por el erróneo abandono de actividades físicas a partir de la jubilación; o el propio envejecimiento muscular cuando se halla muy avanzado. También ha de señalarse en este sentido el anquilosamiento de los huesos, así como diversos problemas óseos y articulares, como fuente de las caídas en la edad anciana.

Prevenir caídas en ancianos

La mejor manera de prevenir caídas en personas mayores es seguir una serie de consejos para evitar estos percances tanto en el hogar, que es donde más se producen, como fuera de este:

En casa:

  • Iluminar adecuadamente el hogar.
  • Señalizar, por ejemplo, los escalones si los hay (para que de este modo se hagan mucho más visibles), instalar barandillas si ello es necesario, etc.
  • Instalar diversos antideslizantes en suelos y en bañeras o duchas. Ello posee una especial importancia en la cocina y el cuarto de baño.
  • Instalar retretes y lavabos más altos, pues los que son demasiado bajos para la altura de una persona pueden ser causantes de caídas.
  • Instalar una cama de altura media, y evitar la presencia en el suelo de cables y objetos diversos.
  • Acabar con los desniveles en los suelos.
  • Mantener un perfecto orden del mobiliario.

La educación para prevenir las caídas en el hogar, es de gran importancia, ya que los mayores no son conscientes de los peligros que pueden generar ciertos lugares o actividades sencillas dentro de la vivienda. En este sentido, tanto el mayor como sus familiares o cuidadores, deben valorarlo.

En el exterior:

  • Siempre que salga fuera es recomendable el uso de un bastón o un andador para facilitar el apoyo al caminar.
  • Utilizar un calzado adecuado para evitar resbalones y pisar correctamente.
  • Mantener una buena forma física ayuda a fortalecer músculos, huesos y articulaciones que permiten guardar mejor el equilibrio.
  • Si es necesario, salir acompañado de otra persona que pueda ayudarle.

Fractura de cadera en personas mayores

La fractura o lesión de cadera es una de las más comunes que se producen entre la población mayor de 65 años. Una fractura que presenta cierta gravedad, por el tiempo de recuperación que requiere, y cuya recuperación funcional dependerá de una serie de factores:

– La edad de la persona mayor.

– El tipo de fractura que se haya producido.

– Si se padece o no osteoporosis.

– Las características de la articulación.

Esta lesión afecta a la parte más próxima a la cabeza del fémur que forma la articulación de la cadera y que se produce mediante una torcedura, caída o una presión externa. Los síntomas más usuales suelen ser un dolor intenso en la zona y la pérdida de movilidad en la articulación, aunque también pueden aparecer derrame, o entumecimiento de la pierna.

Para los familiares o cuidadores de una persona que sufre una lesión en la cadera, deben afrontar una situación difícil, ya que el proceso de recuperación podría extenderse varios meses. Tiempo en el que el enfermo permanecerá inmóvil o en una cama.

Si la fractura es estable se podría optar por un tratamiento en el que se controlase el dolor, recuperación mediante fisioterapia y movilización temprana. Sin embargo, en la mayoría de los casos de personas mayores, se opta por cirugía, utilizando placas y tornillos para fijar la articulación o la colocación de una prótesis. Tanto un tratamiento como el otro presentan riesgos cuando la persona tiene una edad avanzada:

  • Infección
  • Aparición de hematomas.
  • Cambio en la longitud de la pierna.
  • Luxación.

Tratar las lesiones causadas por caídas

Lo principal cuando una persona mayor sufre una caída es tratar las lesiones en la cabeza, posibles fracturas, esguinces o lesiones musculares. Es posible que esas caídas se produzcan por la asociación de una enfermedad que le ocasione un desplome, por ejemplo, por lo habría que investigar y actuar al respecto.

Por otro lado, si la lesión suele afectar a la movilidad o, después de un largo período en cama, un esguince u otra lesión producida, una opción más que acertada es contar con los servicios de un fisioterapeuta que le ayudarán a mejorar el equilibrio, rehabilitación postural, el movimiento y a reanudar su actividad.

En estos casos, le ayudará también a mejorar la fuerza, resistencia muscular, movimiento de articulaciones y a entrenar la coordinación y el equilibrio, como hemos citado anteriormente. Y es que, con la ayuda de un profesional, será más fácil volver a recuperar la movilidad anterior a la lesión sufrida.

Recordemos que, un tercio de las personas mayores de 65 años y la mitad de las personas mayores de 80 sufren, al menos, una caída al año. Si analizamos el presente y futuro, una población envejecida será más propensa a sufrir caídas, ocasionadas por enfermedades crónicas. Esto, supondrá una mayor necesidad de atenciones especiales para este grupo de población, produciéndose una mayor demanda de prestaciones sociosanitarias.

Por tanto, las caídas son un hecho frecuente en los ancianos, evitarlas es algo que forma parte de nuestro día a día y que debemos cultivar cotidianamente para que no se produzcan tan peligrosos accidentes.