Los beneficios del ejercicio en personas mayores están fuera de toda duda, y son imprescindibles para prolongar la vida y retrasar el propio proceso de envejecimiento físico, mental y neurológico. Además, consigue alejar, prevenir y evitar diversos trastornos, complicaciones de salud y enfermedades, tanto somáticas, como mentales, cognitivas o cerebrales.
Conocer estos beneficios es fundamental para poder tener un envejecimiento activo y saludable, de forma que las facultades del anciano y su capacidad para disfrutar de la vida se mantengan lo más sólidas posible. La tercera edad, por el contrario de lo que muchas personas siguen pensando, no ha de ser un momento de la vida en que renunciemos a permanecer activos, con inquietudes, aficiones, ejercicio físico, relaciones sociales… En realidad, es el momento en que todo ello resulta mucho más importante si cabe que en etapas precedentes de nuestra existencia, pues su peso en ella es aún mayor si cabe.
En las edades avanzadas, seguir disfrutando de la vida es indispensable para una mejor salud física y psíquica, y los hábitos de vida saludables no sólo aumentan el bienestar del anciano, sino que también alejan o disminuyen los achaques, los problemas y trastornos más o menos vinculados a la senectud, los malestares físicos e incluso los síntomas de las enfermedades crónicas, que tanto tienden a estragar el estado de salud de los mayores. El ejercicio físico ayuda a combatirlos, y sobre todo los disminuye y mitiga, los amansa y suaviza, haciéndonos más llevadera la vejez con sus inconvenientes, pero también convirtiendo sus muchos ratos de ocio en algo mucho más beneficioso y ventajoso para el organismo y la mente.
Qué ventajas aporta el ejercicio físico a las personas mayores
Los beneficios de la actividad física en las personas de edad avanzada son más que considerables. Con tan sólo una hora al día de paseo a un ritmo ininterrumpido, tales beneficios ya se notan muy positivamente en cualquier persona, cuanto más si el anciano va superándose a sí mismo y acometiendo actividades gimnásticas, y otras que puedan suponer un cada vez mejor acondicionamiento físico. Por supuesto, ello también dependiendo de la edad y las condiciones corporales y de salud en que se halle de antemano la persona, pues tampoco es aconsejable forzarnos demasiado, sobre todo al principio.
Veamos, pues, algunas de las ventajas esenciales del ejercicio físico en las personas de la tercera edad:
- Es sumamente sano y necesario para una correcta circulación del torrente sanguíneo, y en este sentido es uno de los mayores beneficios del ejercicio en mayores. Evita problemas tan desafortunadamente frecuentes entre personas de edad provecta, como lo son los trombos o diversos coágulos circulatorios, o los accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares. Estos últimos son isquemias o pequeños infartos cerebrales, que, de repetirse varias veces, pueden dar lugar a la llamada demencia vascular. En la tercera edad, los problemas de índole circulatoria se hacen especialmente frecuentes. Es preciso tener en cuenta que, tanto las profesiones sedentarias (conductor, empleado de oficina, redactor periodístico, y un largo etcétera) como aquellas que implican permanecer de pie durante toda la jornada laboral (camarero, y algunos puestos de dependiente, son los ejemplos más paradigmáticos) infieren un daño notorio a nuestra circulación, pudiendo llegar incluso a disminuir nuestra esperanza de vida. Pero sea como fuere, y en todo caso, el torrente sanguíneo es uno de los aspectos del organismo que más debemos cuidar en la ancianidad, pues en esta época puede transitar por trances especialmente delicados.
- Contribuye a regular un mejor ritmo respiratorio, pulmonar y cardíaco, con lo que favorece el mejor funcionamiento de estos órganos tan cruciales en nuestro organismo, y alejan así las complicaciones respiratorias y cardiovasculares, tan frecuentes en la tercera edad. Dependiendo de nuestros hábitos de vida en etapas precedentes de nuestra trayectoria vital (sobre todo, si hemos sido muy fumadores, muy sedentarios, etc) y también en dependencia de si hemos padecido o no enfermedades o complicaciones pulmonares, nuestra capacidad respiratoria puede verse afectada, o bien sencillamente por complicaciones del proceso de envejecimiento, limitaciones congénitas, cronificación de patologías… Es por ello que también debemos cuidar del sistema respiratorio como de un joyel.
- Es fundamental para quemar calorías y azúcares. Con ello, también se previenen y evitan la dañina concentración de colesterol, triglicéridos, y grasas monoinsaturadas, o la de excesivos azúcares en la sangre. La primera puede dar lugar tanto a problemas cardiovasculares como, si la grasa llega a traspasar la barrera hematoencefálica (protección de la circulación sanguínea específica del encéfalo), puede dar lugar a problemas tales como accidentes cerebrovasculares, demencias, etc.
- Con la edad, tendemos a perder elasticidad de los huesos, músculos y articulaciones, y a sufrir cada vez más oxidación y anquilosis de los tejidos óseos y musculares. Ello origina diversos dolores y molestias, así como atrofias. Pero es que además, si no se combate y previene mediante el ejercicio físico, puede acarrear graves enfermedades óseas, musculares y articulares, como artritis, artrosis, reúma, o la temida osteoporosis, que no es sino un grave debilitamiento de los tejidos óseos.
- Además, el ejercicio físico es un muy eficaz enemigo de los problemas psíquicos como los episodios depresivos y ansiosos. Estos proliferan en la tercera edad, como consecuencia de diversos factores (la propia inactividad de la jubilación, las muertes de coetáneos, familiares y amigos, el envejecimiento biológico), y es preciso combatirlos también para que no degeneren.
5 actividades deportivas recomendadas para mayores
Existen ciertos ejercicios físicos más indicados para personas de edad, fáciles de ejecutar y con los que conseguirán, además de mantenerse en forma, mejorar su salud tanto a nivel físico como mental. Tengamos en cuenta que los beneficios son muchos en todos los aspectos de su vida cotidiana. Por eso, vamos a ver una serie de ejercicios enfocados a la práctica de personas mayores como pueden ser:
Caminar: es uno de los ejercicios físicos aeróbicos más beneficiosos, completos y fáciles de ejecutar para las personas de edad, siempre y cuando, no tengan ningún problema que les impida su realización. Caminar a diario y de forma habitual, intensifica la capacidad cardíaca y pulmonar y ayuda a ralentizar el envejecimiento. Estableciendo una rutina diaria de media hora es suficiente para relajar cuerpo y mente.
Aquagym: una de las actividades que más pueden gustarles a los mayores, es los ejercicios en el agua, más aún, cuando llega el verano y pueden compartir con otras personas su misma edad. Se trata de ejercicios de gimnasia en el agua dirigidos por un monitor que se encargará de darles las indicaciones para realizarlos. Esta actividad desarrolla y tonifica los músculos y articulaciones, así como fortalece los huesos.
Bailar: sin duda, una actividad colectiva que les ayuda a establecer relaciones sociales y a preservar el buen humor. Se ha comprobado que la música es un antídoto contra la depresión y la tristeza, si a esto juntamos el movimiento para hacerlo a son de una canción equilibramos cuerpo y mente.
Ejercicios de estiramiento y flexibilidad: la ventaja de este tipo de ejercicios es que se pueden realizar tanto en casa como en el exterior. Son ejercicios que ayudan a los mayores a mantenerse en forma, mejorando la coordinación, flexibilidad y fuerza, evitando así las caídas, por ejemplo, tan temidas en personas de edad avanzada.
Bicicleta: para quienes puedan montar en bici y salir al exterior es una actividad muy completa, aunque siempre podemos optar por la bicicleta estática y practicar en casa sin tener que salir fuera. Como otros ejercicios aeróbicos, aumenta la capacidad respiratoria y la resistencia, fortalece los músculo y huesos, sobre todo del tren inferior.
Los beneficios del ejercicio en personas mayores han de ser tenidos en cuenta para poder seguir disfrutando de la vida como de un precioso tesoro, y más en la edad en que ya estamos libres para dedicarnos a las actividades que más puedan gustarnos y gratificarnos.