Enfrentarse a un cambio tan significativo como una ostomía en la etapa adulta puede generar muchas preguntas y cierto grado de incertidumbre. ¿Qué es exactamente una ostomía? ¿Cómo afectará esto a la vida diaria?

Las cirugías de ostomía se han convertido en una intervención común para muchas personas mayores, ofreciendo una solución a problemas gastrointestinales y urinarios. Pero ¿qué implica realmente una ostomía para una persona mayor? 

En este artículo, hablaremos sobre todas esas inquietudes y te ayudaremos a comprender todo lo que implica una ostomía para una persona mayor.

¿Estás preparado? ¡Vamos allá!

Definición de ostomía

La ostomía es un procedimiento quirúrgico que consiste en crear una apertura o «boca» en la superficie del abdomen, conocida como estoma

Este estoma se conecta a determinadas partes del sistema digestivo o urinario para permitir que las heces o la orina se expulsen fuera del cuerpo. ¿La razón? En algunas situaciones, el cuerpo necesita un camino alternativo para eliminar estos desechos, ya sea por una enfermedad, un trauma o una condición específica.

Tipos de ostomías

Existen tres tipos principales de ostomías:

  • Colostomía: Se refiere a la creación de una abertura en el colon.
  • Ileostomía: Se realiza en el íleon, que es la parte final del intestino delgado.
  • Urostomía: Permite la eliminación de orina a través del estoma.

Razones para una ostomía en personas mayores

Hay diversas condiciones médicas que pueden llevar a la necesidad de una ostomía, entre ellas:

  • Cáncer de colon o recto: Cuando se detecta un tumor en una etapa avanzada, la ostomía puede ser una solución para evitar complicaciones.
  • Enfermedades inflamatorias intestinales: Como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, donde el intestino puede verse gravemente afectado.
  • Traumatismos o accidentes: En casos donde el daño es extenso y el órgano necesita tiempo para recuperarse.

Bolsas de ostomía

Las bolsas de ostomía son dispositivos médicos diseñados para recolectar desechos del cuerpo, ya sean heces o orina, que son derivados a través de un estoma (una abertura realizada quirúrgicamente en el abdomen). 

Además, estas bolsas se adhieren al cuerpo mediante un adhesivo especial y ofrecen a las personas con ostomía una solución higiénica y discreta para manejar sus desechos corporales.

¿Cuándo cambiar la bolsa?

Lo primero es saber cuándo es el momento adecuado. Las bolsas de ostomía no tienen una «vida útil» específica, pero se recomienda cambiarlas cada 2-4 días para prevenir fugas y cuidar la piel alrededor del estoma.

Pasos para cambiar la bolsa

  1. Asegúrate de tener a mano todo lo que necesitas: una bolsa nueva, material de limpieza, una toalla y, si lo prefieres, guantes.
  2. Retira la bolsa antigua: Con cuidado, levanta un extremo de la bolsa y desliza suavemente. Es normal que notes algo de resistencia, pero si vas poco a poco, será más sencillo.
  3. Limpieza del contorno: Utiliza agua tibia y un paño suave para limpiar alrededor del estoma. No es necesario utilizar jabón, pero si lo haces, asegúrate de enjuagar bien para eliminar cualquier residuo.
  4. Inspección: Aprovecha este momento para revisar la piel alrededor del estoma. Debe lucir saludable, sin irritaciones ni enrojecimientos. Si notas algo anormal, consulta a tu profesional de salud.
  5. Colocación de la nueva bolsa: Retira el protector del adhesivo de la nueva bolsa y colócala alrededor del estoma, asegurándote así de que quede bien centrado y pegado a la piel.
  6. Asegura y sella: Presiona con suavidad alrededor del adhesivo para garantizar que quede bien sellado y sin burbujas de aire.
  7. Deséchala adecuadamente: Es importante que tires la bolsa antigua en una bolsa de plástico, la selles y la deseches en la basura. ¡Y no olvides lavarte bien las manos al terminar!

Tipos de bolsas de ostomía

Bolsas de una pieza

En este diseño, la bolsa y la placa adherente son una única unidad. Son fáciles de colocar y se suelen cambiar con más frecuencia.

Bolsas de dos piezas

Consisten en una placa adherente y una bolsa separada. La bolsa se puede cambiar sin necesidad de cambiar la placa, lo que puede ser más cómodo para algunos usuarios.

Bolsas cerradas

Son ideales para personas con colostomías que tienen una evacuación menos frecuente. Una vez llenas, se desechan y se reemplazan por una nueva.

Bolsas drenables

Son útiles para quienes tienen ileostomías o urostomías, ya que permiten vaciar los desechos sin tener que cambiar toda la bolsa.

Características y ventajas

  • Discreción: Las bolsas modernas están diseñadas para ser delgadas y silenciosas, lo que permite llevarlas bajo la ropa sin que se noten.
  • Seguridad: Gracias a sus adhesivos de alta calidad, ofrecen un sello seguro, minimizando riesgos de fugas o desprendimientos.
  • Cuidado de la piel: Los materiales son hipoalergénicos y amables con la piel, reduciendo irritaciones.

Consejos sobre cuidado y alimentación 

Una ostomía puede cambiar la forma en que te relacionas con la comida, pero con algunos ajustes simples, puedes disfrutar de una dieta equilibrada y nutritiva. Aquí te dejamos algunos consejos a tener en cuenta:

Hidratación es clave

Beber suficiente agua es fundamental para mantener tu salud y prevenir la deshidratación. Mantén una botella de agua a mano y bebe pequeños sorbos durante el día.

Introduce alimentos gradualmente

Después de la cirugía de ostomía, es importante reintroducir los alimentos gradualmente. Comienza con comidas ligeras y fáciles de digerir, como purés de frutas y verduras, sopas y yogur.

Fibra amigable

La fibra es esencial para la salud digestiva, pero algunos tipos pueden causar molestias en personas con ostomía. Opta por fuentes de fibra soluble como avena, arroz blanco, manzanas sin piel y zanahorias cocidas.

Proteínas para la energía

¿Sabías que las proteínas son esenciales para la recuperación y la energía? Elige fuentes magras como pollo, pavo, pescado, huevos y tofu. Corta las carnes en trozos pequeños para facilitar la digestión.

Controla los alimentos flatulentos

Algunos alimentos pueden causar gases y distensión abdominal. Por ello, evita los productos lácteos, los refrescos gaseosos, las legumbres y los vegetales crucíferos (coliflor, brócoli) en grandes cantidades.

Masticación y digestión

Mastica bien los alimentos para ayudar a tu sistema digestivo. Para ello, puedes probar cocinar los alimentos al vapor, asarlos o hervirlos para hacerlos más tiernos y fáciles de masticar.

Tamaño de las porciones

Opta por comidas más pequeñas y frecuentes en lugar de comidas grandes. Esto puede ayudar a tu sistema digestivo a manejar mejor los alimentos y evitar la sensación de hinchazón.

Controla las irritaciones

Algunos alimentos picantes, cítricos y con alto contenido de cafeína pueden causar irritación en el estómago. Observa cómo reacciona tu cuerpo a diferentes alimentos y ajusta tu dieta en consecuencia.

Vitaminas y minerales

Asegúrate de obtener una variedad de nutrientes esenciales. Considera tomar suplementos vitamínicos si tu médico lo recomienda.

Consulta a un profesional de la salud

Cada persona es única, por lo que es importante hablar con un dietista o un profesional de la salud especializado en nutrición para desarrollar un plan alimentario que se adapte a tus necesidades individuales.