Consejos para el cuidado de un paciente encamadoLos cuidados de un paciente encamado son algo que requiere de ciertos conocimientos y cautelas, que muchas veces es preferible encomendar a cuidadores profesionales a domicilio. El paciente encamado posee unas necesidades específicas que han de tenerse muy presentes, así como una serie de riesgos asociados a su especial estado, que asimismo merecen bastante atención. No es lo mismo atender a una persona en cama, y menos aún si esta persona se halla en situación de pérdida de autonomía personal, que a una persona que puede valerse por sí misma y no se halla en ese estado de convalecencia ni postrada en un lecho.

El hecho de que existan, no solamente muchos profesionales especializados, cualificados y experimentados en el cuidado de personas en situación de dependencia, sino también un sistema de ayudas públicas (como la de los famosos cheques de dependencia, de gestión autonómica), creado por la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, se debe a unas razones sobradamente claras y diáfanas: el cuidado de las personas que no pueden valerse por sí mismas es de por sí una actividad ardua y dificultosa, para la que en no pocas ocasiones se precisa de vocación e ingentes dosis de paciencia y empatía.

En una sociedad proclive a un cada vez más considerable envejecimiento demográfico como es la nuestra en la actualidad, tiende a aumentar el número y la proporción de personas con pérdida de la autonomía personal y en situación de dependencia, de entre las cuales muchas han de permanecer en cama por causa de diversos problemas o enfermedades. La situación de verse obligado a permanecer encamado durante luengo tiempo no es fácil, y conlleva de por sí no pocas complicaciones en la salud si no sabe cuidarse adecuadamente. De ahí la gran importancia de saber proporcionar cuidados a las personas que han de mantenerse en esta coyuntura. Por ello, desde la experiencia y el conocimiento de los profesionales de la asistencia personal y del cuidado a domicilio, pueden proporcionarse aquí algunos consejos harto provechosos.

Cuál ha de ser la forma de actuar ante un paciente en cama

Los cuidados de un paciente encamado implican seguir una serie de protocolos de actuación que se hallan recomendados por los profesionales de la sanidad en su dilatada experiencia con este tipo de situaciones. Así, por ejemplo, inicialmente se ha de actuar de la siguiente manera:

  • Por supuesto, para el cuidado de una persona en cama se ha de explicar al paciente o a la persona encargada de cuidarle, las razones de la permanencia en el lecho. El poder conocer estas razones ayudará a respetar esta situación y a tratarla con las precauciones necesarias, oportunas y adecuadas, para no perjudicar en ningún momento la salud del convaleciente, ni el tratamiento y reposo que este haya de seguir por prescripción médica.
  • Se debe colocar a la persona en la alineación más adecuada y correcta para su cuerpo y por lo tanto en aquella que resulte más sana para el paciente. Es lo que se denomina higiene postural. Con ello se evitan problemas de espalda y de columna, cervicalitis, escaras en la piel, llagas diversas, y otras secuelas indeseables de las malas o excesivamente prolongadas posiciones.
  • Emplear determinados dispositivos de protección del paciente en la cama. Barras y elementos de sujeción para evitar caídas, toalla para evitar la formación de llagas o escaras, etc. Estos dispositivos de apoyo son clave para preservar la salud de la persona encamada.
  • La persona que permanece mucho tiempo en el lecho tiende a sufrir llagas, tal como arriba se ha aludido. En función del estado dermatológico de la persona afectada, será preciso movilizarla. Es preciso vigilar con regularidad cómo se halla la piel de la persona encamada. Es obvio que mantener durante largo tiempo una misma postura es perjudicial para la salud, tanto de la piel como de los músculos, huesos y articulaciones, además de ser dañino para la circulación sanguínea y el sistema cardiovascular. EL cuidado de la circulación del convaleciente es crucial en los cuidados de un paciente encamado.
  • La ropa de cama debe ser mantenida seca, limpia y libre de dobleces y arrugas, que resultan incómodas e incluso irritantes para el paciente.
  • También es indispensable enseñar al paciente determinados ejercicios físicos para practicarlos en la cama. De este modo, puede evitar la atrofia muscular, la pérdida de masa corporal, y los problemas de circulación de la sangre, entre otras secuelas dañinas de la inmovilidad corporal en cama.
  • La persona en cama debe ser aseada diariamente, de forma tal que se evite mojar o humedecer el lecho. La higiene y aseo diarios son fundamentales, pues, aparte de contribuir a la salud física, son beneficiosos para la autoestima y la salud psíquica de la persona encamada. En general, en el aseo e higiene debemos tener en cuenta una serie de pautas:
    – Realizar el aseso por zonas y con agua tibia.
    – Examinar la piel con detenimiento buscando principios de úlceras, tipo rojeces, ampollas, erosiones.
    – Lavar el cabello una o dos veces por semana mínimo.
    – Secar muy bien los pliegues de la piel, en especial los pies y oídos.
  • En cuanto a la alimentación en pacientes encamados, es importante proporcionarles los nutrientes necesarios y una dieta variada y saludable, incluyendo 1,5-2 litros de agua.

A tener en cuenta ciertas necesidades del convaleciente en cama

Además, es preciso tener en cuenta determinadas necesidades a la hora de practicar el cuidado de una persona en cama:

  • Hay que tener siempre presente que es imprescindible preservar la intimidad de la persona encamada.
  • Respetar sus ciclos de sueño y tratar de despertarle lo menos posible.
  • Realizar las técnicas de cuidado de la forma que resulte menos dañina al paciente, siempre según el principio cardinal de la ciencia médica: primum non nocere.
  • Evitar las corrientes de aire, y mantener en la habitación una temperatura constante y agradable.

Caídas

Un punto a tener en cuenta, y puede ocasionar problemas en las personas mayores son las caídas. Entre las consecuencias que puede acarrear es la de permanecer una larga temporada en cama, ocasionando importantes lesiones en el adulto mayor. El 90% de las caídas que se producen en ancianos se dan en el propio domicilio, por lo que habría que tener en cuenta una serie de factores de riesgo:

  • El domicilio debe ser adaptado, eliminando de los sitios de paso muebles u otros obstáculos que impidan caminar correctamente. En el dormitorio, el baño y la cocina, también debemos prestar atención para que el adulto mayor esté lo más cómodo posible y encuentre fácil acceso a todo.
  • Problemas de visión, cuando existen problemas de visión, existe el peligro de no ver todo aquello que tenemos delante y las personas mayores sufren una progresiva pérdida de la visión.
  • Calzado inadecuado: otro de los problemas que ocasionan las temidas caídas en ancianos, es el uso de un mal tipo de calzado que no les proporciona sujeción o no se adapta bien al pie.
  • Dificultad para pisar correctamente.

Úlceras por presión

Una persona encamada corre el riesgo de tener llagas o escaras como consecuencia de permanecer la mayor parte del tiempo en la misma posición. Estas úlceras por presión se producen por fricción o presión sobre algunas zonas del cuerpo y que provocan la rotura de los vasos sanguíneos dando lugar a estas heridas.

Las úlceras posturales suelen aparecen donde la piel cubre el hueso: talones, rodillas, caderas, glúteos, rodillas, hombros o la parte posterior de la cabeza y que pueden llegar a ocasionar enrojecimiento, pus, fiebre, dolor alrededor de la llaga o hinchazón en la piel. Para prevenirlas, deberemos seguir unas pautas con las que cuidar la piel.

– Favorecer la movilidad y usar dispositivos de apoyo para minimizar la presión en las zonas críticas.

– Examinar y observar el cuerpo de la persona encamada a diario.

– Hidratar la piel a menudo.

– Lavar a diario la piel con agua tibia y jabón.

– Hidratación y una correcta alimentación.

– Masajear la piel con frecuencia tras el lavado.

– Cambiar, si es posible, cada dos horas a la persona de posición.

– Uso de artículos de apoyo como cojines o protectores específicos que reduzcan la presión sobre las zonas afectadas.

Una vez se han desarrollado estas lesiones, es necesario llevar a cabo tratamientos efectivos y seguir el cuidado de las úlceras por parte del médico para evitar infecciones. La herida debe mantenerse siempre limpia y cambiar el vendaje cada cierto tiempo.

Teniendo en cuenta todo ello, resultará más fácil y correcto los cuidados de un paciente encamado. Si necesita ayuda profesional para estos casos, somos profesionales de ayuda a domicilio también en el cuidado de personas encamadas en Jaén.