La nutrición en adultos mayores es un tema rodeado de numerosos mitos y conceptos erróneos que pueden afectar la salud y el bienestar de esta población. A medida que envejecemos, nuestras necesidades nutricionales cambian, y es crucial comprender cómo abordarlas adecuadamente para mantener una vida saludable y activa.
A continuación, veremos algunos de los mayores mitos sobre la nutrición para adultos mayores y desmentiremos estas creencias comunes con información basada en la evidencia.
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Mito 1: «Los adultos mayores necesitan menos proteínas»
Uno de los mitos más comunes es que los adultos mayores necesitan menos proteínas en su dieta. La realidad es que la necesidad de proteínas puede aumentar con la edad para ayudar a mantener la masa muscular y la fuerza, prevenir la sarcopenia (pérdida de masa muscular) y apoyar la recuperación de enfermedades o lesiones.
Según la investigación, los adultos mayores pueden beneficiarse de consumir más proteínas de alta calidad provenientes de fuentes como carne magra, pescado, huevos, productos lácteos y legumbres.
Mito 2: «La pérdida de apetito es normal en la vejez»
Aunque es cierto que algunos adultos mayores pueden experimentar una disminución del apetito, no es una parte inevitable del envejecimiento. La pérdida de apetito puede deberse a diversos factores, como problemas de salud, medicamentos, cambios en el gusto y el olfato, o incluso problemas emocionales como la depresión. Es importante abordar cualquier cambio significativo en el apetito y buscar soluciones que puedan incluir ajustes en la dieta, mejora en la presentación de los alimentos y la creación de un entorno de comida agradable.
Mito 3: «Las vitaminas y los suplementos pueden reemplazar una dieta equilibrada»
Aunque los suplementos vitamínicos pueden ser útiles en ciertos casos, no deben considerarse como un sustituto de una dieta equilibrada. Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables proporciona una amplia gama de nutrientes esenciales que trabajan juntos para mantener la salud general. Los suplementos pueden ser necesarios para corregir deficiencias específicas, pero siempre deben tomarse bajo la supervisión de un profesional de la salud.
Mito 4: «Las grasas deben evitarse por completo»
Durante décadas, las grasas han sido vilipendiadas como el enemigo de la buena salud, especialmente en la vejez. Sin embargo, no todas las grasas son iguales. Las grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva, los aguacates, los frutos secos y el pescado graso, son esenciales para la salud del corazón, el cerebro y otras funciones corporales. Es importante distinguir entre las grasas saludables y las grasas saturadas y trans, que sí deben limitarse.
Mito 5: «Sólo se necesita beber agua cuando se tiene sed»
A medida que envejecemos, nuestra sensación de sed puede disminuir, lo que puede llevar a la deshidratación sin darnos cuenta. La deshidratación puede causar serios problemas de salud, como infecciones urinarias, estreñimiento y confusión. Los adultos mayores deben hacer un esfuerzo consciente para beber suficiente agua a lo largo del día, incluso si no sienten sed.
También pueden aumentar su ingesta de líquidos a través de alimentos ricos en agua, como frutas y verduras.
Mito 6: «La pérdida de peso no es preocupante en la vejez»
Mientras que el control del peso es importante, una pérdida de peso no intencional en los adultos mayores puede ser una señal de problemas de salud subyacentes, como enfermedades crónicas, problemas dentales, depresión o deficiencias nutricionales. La pérdida de peso no planificada debe ser investigada por un profesional de la salud para identificar y tratar cualquier problema subyacente.
Mito 7: «Los adultos mayores no necesitan preocupaciones sobre el azúcar»
El control del azúcar es crucial a cualquier edad, pero es especialmente importante en los adultos mayores debido al riesgo de diabetes tipo 2 y otras enfermedades relacionadas con el azúcar. El consumo excesivo de azúcar puede llevar a un aumento de peso, inflamación y otros problemas de salud.
Es recomendable optar por fuentes naturales de azúcar, como las frutas, y limitar el consumo de azúcares añadidos presentes en alimentos procesados y bebidas azucaradas.
Mito 8: «Los adultos mayores deben seguir dietas bajas en carbohidratos»
Los carbohidratos son una fuente importante de energía, especialmente para el cerebro y los músculos. Los adultos mayores no deben eliminar los carbohidratos de su dieta, sino centrarse en consumir carbohidratos complejos y ricos en nutrientes, como los que se encuentran en los granos enteros, las frutas, las verduras y las legumbres. Estos alimentos proporcionan fibra, vitaminas y minerales esenciales que son cruciales para la salud general.
Mito 9: «No se necesita preocupar por la salud ósea después de la menopausia»
La salud ósea sigue siendo una preocupación importante para los adultos mayores, especialmente para las mujeres después de la menopausia. La pérdida de densidad ósea puede aumentar el riesgo de fracturas y osteoporosis. Consumir una dieta rica en calcio y vitamina D, junto con la práctica regular de ejercicio de resistencia y actividades de bajo impacto, puede ayudar a mantener la salud ósea y prevenir problemas futuros.
Mito 10: «Las necesidades nutricionales no cambian con la edad»
Las necesidades nutricionales cambian a lo largo de la vida y es importante adaptarse a esos cambios. Los adultos mayores pueden necesitar más de ciertos nutrientes, como la vitamina B12, la vitamina D, el calcio y las proteínas, mientras que pueden necesitar menos calorías debido a una disminución en la actividad física.
Evaluar y ajustar la dieta para satisfacer estas necesidades cambiantes es crucial para mantener la salud y el bienestar.
Mito 11: «Las restricciones dietéticas estrictas son siempre beneficiosas»
Si bien puede ser necesario ajustar ciertos aspectos de la dieta por razones de salud, las restricciones dietéticas extremadamente estrictas pueden llevar a deficiencias nutricionales y disminuir la calidad de vida. Es fundamental encontrar un equilibrio y asegurarse de que la dieta sea variada y satisfactoria. Consultar con un dietista o nutricionista puede ser útil para diseñar un plan de alimentación que sea nutritivo y adaptable a las necesidades individuales.
Mito 12: «La nutrición no afecta la salud mental»
La conexión entre la nutrición y la salud mental es cada vez más evidente. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo y la función cognitiva. Los ácidos grasos omega-3, las vitaminas del complejo B y los antioxidantes presentes en frutas y verduras pueden contribuir a la salud del cerebro y ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y la depresión.
Mito 13: «Es difícil comer saludable con un presupuesto limitado»
Comer saludable no tiene que ser caro. Los adultos mayores pueden acceder a alimentos nutritivos y económicos al planificar las comidas, comprar productos de temporada, y aprovechar ofertas y descuentos. Los granos enteros, las legumbres, las frutas y verduras congeladas y las proteínas como los huevos y el pollo son opciones asequibles y nutritivas.